- Es uno de los mejores conservados de su especie en Europa Occidental
Era un macho adulto de bisonte estepario (Bison priscus). Hace unos 19.000 años cayó en una sima situada en la actual Mutriku(Gipuzkoa) y su esqueleto se quebró en decenas de fragmentos que, tras una laboriosa labor, han permitido ahora reconstruir el único cráneo completo de su especie en toda la península Ibérica.
El hallazgo ha sido presentado hoy en San Sebastián por el paleontólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Pedro Castaños, en una rueda de prensa en la que también han participado el profesor de la Universidad el País Vasco (UPV/EHU) Xabier Murelaga y la directora de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, Garazi López de Etxezarreta.
El descubrimiento del enorme bóvido, una especie prehistórica característica de climas fríos de la que probablemente proceden los actuales bisontes americano y europeo, tuvo lugar en 2006 por parte de miembros del grupo Munibe en el yacimiento Kiputz IX, si bien no ha sido dado a conocer hasta hoy, una vez concluida la reconstrucción de su espectacular cráneo, coronado por una cornamenta de más de un metro de envergadura entre ambos pitones.
Se trata de una pieza única y "excepcional", según ha señalado Castaños, ya que el cráneo de este animal es uno de los mejores conservados de su especie no sólo en España y Portugal, sino también en Europa Occidental.
Los ejemplares adultos de bisonte estepario, los mismos que hace decenas de miles de años pintaron nuestros antepasados en las paredes de la cueva de Altamira (Cantabria), podían llegar a pesar entre 800 y 900 kilos, ha desvelado Castaños, quien ha recordado que estos mamíferos vivieron durante el Pleistoceno Medio y Superior (últimos 700.000 años) tanto en Europa como en el norte de Asia, hasta que desaparecieron con la última glaciación, hace 10.000 años.
Durante todo este tiempo, fue cazado por los neandertales, primero, y por los cromagnon (homo sapiens) después, si bien el espécimen hallado en Mutriku murió de forma natural al caer en una sima, conocida como Kiputz IX, junto a decenas de otros animales, lo que ha convertido a esta cueva de seis metros de profundidad y dos metros y medio de diámetro en uno de los mejores yacimientos de fauna prehistórica de la península.
Castaños ha explicado que durante las cuatro campañas de excavaciones realizadas hasta ahora en este lugar, los arqueólogos han recuperado más de 12.000 fósiles casi completos de distintas especies, de los que el cráneo del bisonte es "el más excepcional por lo que tiene de raro y único".
"Pero hay otros", ha advertido el experto, quien ha aclarado que el conjunto de restos de renos extraídos de Kiputz IX será "una pequeña bomba en paleontología" ya que "va a ser la colección más importante de esta especie en toda la península", porque los esqueletos "están completos".
Hasta el momento, ya se han recuperado restos de 18 bisontes, 23 renos y 48 ciervos que cayeron en la sima, donde también han sido hallados huesos de osos, cabras montesas, rebecos y varios zorros, aunque, curiosamente, el único felino descubierto es un cachorro de león que, al contrario que los ejemplares adultos, no pudo escapar de la trampa.
"Esta es una de las ocasiones en la que los paleontólogos podemos decir que se cumplen algunos de nuestros sueños", ha confesado Castaños, quien no ha ocultado su satisfacción por que, "de vez en cuando la suerte y la causalidad", bien trabajadas, hagan "regalos como este".
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