México, 7 sep (EFE).- Arqueólogos mexicanos rescataron una tumba vacía con una antigüedad de 1.400 años que fue saqueada hace seis siglos por grupos prehispánicos, en un poblado del actual estado de Guerrero, sur de México, informaron hoy fuentes oficiales.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que el descubrimiento de la tumba se debió a un reporte de vecinos del poblado de Chilacachapa del municipio de Cuetzala del Progreso en el norte del estado de Guerrero, quienes encontraron la entrada a una cripta.
Precisó que los expertos localizaron en el sitio una cámara funeraria con influencia maya de unos 1.400 años de antigüedad que había sido profanada en tiempos prehispánicos, cuando esta comunidad estaba bajo el control del imperio azteca.
El arqueólogo Edgar Pineda Santa Cruz, encargado del rescate de la tumba, explicó que en la tumba no había osamentas ni las ofrendas que se acostumbra colocar en estos sitios mortuorios.
Añadió que los expertos determinaron que los restos del individuo depositado en la tumba, que quizá correspondieron a un gobernante, "fueron extraídos hace seis siglos, antes de la llegada de los españoles".
El especialista precisó que la tumba perteneció a un personaje de la elite y corresponde al período Epiclásico (600-900 d.C.). La tumba fue construida "posiblemente por grupos de filiación chontal", una de las derivaciones de los grupos mayas.
Detalló que la arquitectura de la cripta, que "guarda similitudes con las tumbas del área maya", tiene una bóveda en forma de arco, que soporta la techumbre de la estructura, con una planta de dos metros de ancho, 3,7 metros de largo y por 2,5 metros de altura.
"Su profanación, centurias después, podría entenderse como una forma en que pueblos venidos del centro de México intentaron legitimar su poder tras el sometimiento de Chilacachapa", indicó el arqueólogo.
Explicó que ese sitio se utilizó en dos ocasiones debido a que se localizaron dos pisos, en uno de ellos se encontró "una olla fragmentada con indicios de carbón", así como sahumadores y dos vasijas antropomorfas fragmentadas.
Asimismo, los arqueólogos hallaron lentejuelas de concha, un anillo de caracol, una cuenta de piedra verde, huesos de cánidos y aves, y cerámica de estilo teotihuacano (de la zona de Teotihuacán, centro de México).
El arqueólogo indicó que este sepulcro estaba asociado con un edificio que formó parte de un centro ceremonial de la ciudad antigua.
El arqueólogo Antonio Hermosillo Worley dijo que al parecer tras el saqueo la tumba fue rellenada y más tarde incendiada "a manera de acto ritual".
El experto indicó que Chilacachapa formaba parte de una ruta comercial importante y estratégica, debido a que se ubica en una zona serrana, que suponía un punto para la vigilancia
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