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martes, 8 de noviembre de 2011

El hombre de las cavernas pintaba caballos reales


CIENCIA


Un estudio realizado con ADN de hace 35.000 años demuestra que las pinturas rupestres representan con fidelidad el aspecto de los animales y que sus autores no «fantaseaban»

Día 08/11/2011 - 08.26h
El hombre de las cavernas pintaba caballos reales
U. DE YORK
Fotos de la cueva de Lascaux
¿Eran los hombres del Paleolítico unos amantes del arte figurativo o alteraban sus representaciones como lo haría un genio de lo abstracto? Durante años, los arqueólogos se han preguntado si las pinturas rupestres, especialmente aquellas en las que aparecen animales, reproducían el medio natural o tenían un significado abstracto más profundo y simbólico. ¿Eran esos animales tal y como los pintaban? Un equipo internacional de científicos ha utilizado ADN antiguo para averiguarlo. Los investigadores, que se han centrado en la caballos, creen que todas las variaciones de color que se ven en las pinturas de las cuevas responden a la realidad.Incluso han comprobado que entonces ya existían caballos salvajes con manchas blancas y no solo negros o albazanos (castaños), como se creía. La investigación aparece publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS).
El hombre de las cavernas pintaba caballos reales
THOMAS HACKMANN
Un caballo moderno moteado
Investigadores de EE.UU., Gran Bretaña, Alemania, Rusia, México y España analizaron las diferencias en los genes de color del pelaje de 31 fósiles de caballos de hace hasta 35.000 años en Siberia, Europa oriental y occidental y la Península Ibérica. Los autores hallaron que una mutación genética, que se asocia con la presencia del color blanco formando manchas semejantes a las del leopardo -un aspecto que se observa en los caballos modernos (como el de la imagen)-, ya estaba presente en seis de los fósiles de caballos europeos. Además, en 18 de los animales había una variación genética del albazano, mientras que siete tenían una variante del color negro.

Tal como eran

Los autores concluyen que todos los colores que existían en las poblaciones de caballos prehistóricos eran fácilmente distinguibles en las pinturas rupestres. Los resultados sugieren que las pinturas de los caballos eran «mucho más realistas y menos simbólicas o fantásticas de lo que han supuesto algunos investigadores», señala Michi Hofreiter, del Departamento de Biología de la Universidad de York en Gran Bretaña. Hasta ahora, los científicos no sabían explicar la existencia de pinturas rupestres de caballos blancos moteados, como por ejemplo los de Pech-Merle, en Francia, que datan de más de 25.000 años, ya que creían que estos equinos no existían en aquella época y pensaban que se trataba de una intención simbólica o abstracta del artista.
«Saber que los caballos con manchas de leopardo ya estaban presentes durante el Pleistoceno en Europa proporcionará a los arqueólogos nuevos argumentos para interpretar las artes rupestres», concluye Melanie Pruvost, investigadora del Instituto Leibniz para la Vida Salvaje en Berlín.
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Hallan en Francia un excepcional tesoro de monedas romanas


Miles de monedas romanas fueron halladas en un campo de L'Isle-Jourdain, al oeste de Toulouse (suroeste de Francia), meses después de que rastreadores voluntarios encontraran en la superficie decenas de monedas, anunciaron el lunes los servicios arqueológicos.
Las monedas de bronce de este tesoro fueron acuñadas entre 290 y 310 de nuestra era en Roma, Londres, Lyon (centro de Francia), Cártago o Tréveris (en la actual Alemania), según los primeros elementos de la investigación. Estaban enterradas en tres ánforas.
Durante el fin de semana de la fiesta católica de Todos los Santos fueron desenterradas y puestas a buen recaudo, dijo el conservador regional de arqueología, Michel Vaginay.
"Es un descubrimiento importante en la medida en que no es frecuente hallar objetos de este tipo y en esta cantidad de ese periodo", dijo a la AFP.
Dos rastreadores voluntarios informaron a principios de año a los servicios de arqueología que habían realizado búsquedas en los alrededores de L'Isle-Jourdain.
Estos dos voluntarios habían visto en una publicación de los años 1990 la mención de que se habían hallado en ese mismo campo algunas monedas romanas y diversos objetos. Encontraron entonces 250 piezas en el campo arado, hallazgo que señalaron a los servicios arqueológicos.
Estos servicios convinieron con el propietario del terreno y el granjero que dejarían pasar la cosecha de maíz y que se organizaría una excavación "porque sospechábamos que con 250 monedas en la superficie, debía quedar algo debajo y no queríamos arriesgarnos a que fuese dilapidado por los rastreadores clandestinos", indicó Vaginay.
Durante meses, los arqueólogos rezaron por que la noticia no se filtrara.
Luego de la cosecha, los sondeos revelaron la presencia de tres ánforas, dos de unos 80 centímetros y otra de 40 cm, repletas de monedas.
lal/dbe/dp/pa/erl
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