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jueves, 8 de diciembre de 2011

El primer gran cazador marino tenía 30.000 lentes en los ojos


Investigadores españoles hallan el fósil de un complejo sistema de visión
R. Romar
 
REDACCIÓN / LA VOZ
 
8/12/2011
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El antepasado de las cigalas y camarones. El «Anomalocaris» que vivía hace 515 millones de años medía entre 1,10 y 1,20 metros, aunque se cree que podía llegar a medir un máximo de dos metros. Es un artrópodo marino como hoy en día lo son los cangrejos, las gambas, los langostinos, las cigalas, los camarones o las langostas. De hecho, cuando a finales del siglo XIX se localizó por primera vez el fósil de uno de sus temibles apéndices se pensaba que podía corresponder al de una langosta gigante prehistórica. Csic

Vivía hace 515 millones de años, en pleno período Cámbrico, cuando los peces como tal aún no existían en el planeta ni tampoco se los esperaba. Era el auténtico rey de los mares, un fabuloso depredador que dominó los océanos durante ochenta millones de años hasta elevarse a la cúspide de la pirámide alimentaria. Con poco más de un metro y veinte centímetros de longitud, su cuerpo se asemejaba a lo que hoy en día podría ser una langosta gigante, pero era un Anomalocaris, un artrópodo prehistórico. La especie es una vieja conocida para los paleontólogos, que hasta ahora no habían logrado completar su estructura fósil. Les faltaban los ojos, que acaban de ser encontrados en un yacimiento de Australia, el de Emu Bay Shale, en isla Canguro, por un equipo internacional de científicos con participación española.
El análisis de los glóbulos oculares ha demostrado que no eran un órgano menor, sino que resultaron esenciales para que el animal mantuviese su hegemonía en los océanos. ¿Por qué? Porque este primer gran cazador marino poseía uno de los sistemas de visión más agudos conocidos, lo que le suponía una importante ventaja evolutiva para cazar a sus presas. La investigación, de la que es coautor el investigador del CSIC Diego García-Bellido, ocupa hoy la portada de la revista científica Nature.
La superficie ocular del Anomalocaris tenía forma de pera, en lugar de hemisférica, y su tamaño rondaba entre dos y tres centímetros. Es un tamaño pequeño, pero lo realmente llamativo lo supone el hecho de que en cada ojo poseía hasta 30.000 lentes hexagonales de hasta 110 micrómetros. Cada lente proporciona el equivalente a un píxel en una imagen digital, por lo que este nivel de resolución es comparable al de los artrópodos con la vista más aguda de la actualidad, las libélulas, que poseen 28.000 lentes.
Evolución temprana
Tenía una visión sorprendente que le permitía mantener una estrecha vigilancia sobre sus presas, una agudeza visual que también ha sorprendido a los científicos, que no pensaban que en una época tan temprana de la evolución pudiese existir animales marinos con este sentido tan desarrollado.
El Anomalocaris es también el animal más grande descubierto en el Cámbrico y, por su desarrollado par de apéndices frontales cazadores, una boca circular armada de afiladas placas y su gran capacidad visual, se le atribuye un hábito cazador. «Sería el gran tiburón blanco de los mares de aquella época», explica el paleontólogo Diego García-Bellido, del Instituto de Geociencias del CSIC.
Hace 500 millones de años, disponer de una elevada capacidad visual era lo que suponía la diferencia entre la vida o la muerte o, lo que es lo mismo, entre sobrevivir y extinguirse. Y sobrevivió durante ochenta millones de años, hasta el inicio del período Ordovícico, que fue cuando empezaron a aparecer los primeros peces en el planeta. Su único defecto visual es que no tenía una habilidad especial para cazar de noche.
El equipo de García-Bellido había presentado en junio pasado el hallazgo de los restos fósiles de otro depredador del mismo yacimiento que tenía una resolución de hasta 3.000 píxeles. Eran, hasta ahora, los ojos más desarrollados del Cámbrico.
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paleontólogo«Era una verdadera máquina de cazar, fueron los reyes de los depredadores»

8/12/2011
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«Era una verdadera máquina de cazar, fueron los reyes de los depredadores»
García-Bellido

Diego García-Bellido, investigador del CSIC, lleva trabajando desde el 2007 en el yacimiento australiano donde se han hallado los ojos fósiles. El actual hallazgo lo ha hecho en colaboración con investigadores de universidades australianas y del Museo de Historia natural de Londres.
-¿Qué es lo que han hallado?
-Encontramos tres ojos fósiles, una pareja y el tercero aislado.
-¿Y qué es lo que más les ha llamado la atención?
-Que en una etapa tan temprana de la evolución pudiera haber existido un artrópodo con 30.000 lentes en el ojo. Esto demuestra que era un animal con una gran resolución y capacidad de agudeza visual. Esto es lo que le habría permitido cazar y está asociado con una muy buena capacidad de adaptación.
-Usted ha dicho que sería como un tiburón blanco hoy en día. ¿A qué se refiere?
-No me refiero a su aspecto físico, que no tiene nada que ver, sino a que ocupaba en los océanos el nicho ecológico que ocupa el tiburón hoy en día. Sería el equivalente en cuanto a forma de vida, porque estaba en lo más alto de la cadena trófica.
-Un auténtico depredador.
-Su éxito lo constituía su buena visión y unos apéndices cazadores verdaderamente terribles. Era una verdadera máquina de cazar. Fueron los reyes de los depredadores.
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Descubren en un museo una nueva especie de dinosaurio astado


Dinosaurio Con Cuernos
Foto: DMITRY BOGDANOV, COURTESY OF RAYMOND M. ALF MUSEUM

MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
   Una nueva especie de dinosaurio con cuernos ha sido presentada por un equipo internacional de científicos dirigido por el personal del Alf Museum, nada menos que 95 años después del descubrimiento inicial de sus fósiles. El animal, llamado Spinops sternbergorum, vivió hace aproximadamente 76 millones de años en el sur de Alberta, Canadá.
   Spinops era un herbívoro que pesaba alrededor de dos toneladas, un primo pequeño del Triceratops. Su aspecto presentaba un gran cuerno único proyectado desde la parte superior de la nariz, junto a dos largas astas orientadas hacía atrás desde un volante óseo, así como dos ganchos curvos hacia adelante. Estas estructuras únicas distinguen a Spinops del resto de dinosaurios con cuernos.
   "Me sorprendió saber la historia detrás de estas muestras, y la forma en qué pasaron tanto tiempo sin ser sometidas a estudio", dijo Andrew Farke, conservador en el Museo Raymond M. Alf de Paleontología, y autor principal del estudio. "Este animal es una adición importante para nuestra comprensión de la diversidad de los dinosaurios con cuernos y la evolución", continuó Farke.
   Partes de los cráneos de al menos dos Spinops fueron descubiertos en 1916 por Charles H. y Levi Sternberg. Los Sternberg reconocieron que su hallazgo representaba una nueva especie y enviaron los fósiles al Museo de Historia Natural, en Londres. Sin embargo, los fósiles fueron considerados demasiado rudimentarios para la exposición, y por lo tanto fueron dejados de lado durante décadas. No fue sino hasta que Farke y sus colegas reconocieron la importancia de los fósiles, cuando éstos fueron limpiados para su estudio.
   "Este estudio resalta la importancia de las colecciones de los museos para la comprensión de la historia de nuestro planeta", comentó Farke. "Mis colegas y yo nos quedamos agradablemente sorprendidos al encontrar estos fósiles en el museo, y aún más sorprendidos cuando se determinó que eran de una especie previamente desconocida de dinosaurio."
    Aunque la cara del Spinops es similar a sus parientes Centrosaurus y Styracosaurus, la singular anatomía del volante del cuello óseo da una idea de los científicos de la forma en que esta estructura evolucionó. En particular, los fósiles de Spinops aclaran la identificación de los puntos largos del volante común en algunos dinosaurios con cuernos.
   Anteriormente, los científicos habían deducido que estos picos evolucionaron sólo una vez en el grupo. Un estudio cuidadoso de Spinops, sin embargo, sugiere que sus picos se encuentran en una posición diferente de la observada en la mayoría de otros dinosaurios con cuernos, lo que implica que las estructuras evolucionaron de forma independiente.
   Este hallazgo permite una reconstrucción más exacta de las relaciones evolutivas, y está siendo estudiada.
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Misterio mantiene en vilo a los arqueólogos en Jerusalén


En esta foto del 1 de diciembre del 2011, el arqueólogo Eli Shukron, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, examina tallas en piedra que datan de hace miles de años y que fueron descubiertas en una excavación en Jerusalén  Foto: Sebastian Scheiner / AP
En esta foto del 1 de diciembre del 2011, el arqueólogo Eli Shukron, de la Autoridad de Antigüedades de Israel, examina tallas en piedra que datan de hace miles de años y que fueron descubiertas en una excavación en Jerusalén
07 de diciembre de 2011
MATTI FRIEDMAN
Unas misteriosas tallas en piedra que datan de hace miles de años y que fueron descubiertas recientemente en una excavación en Jerusalén mantienen en vilo a los arqueólogos.
Los excavadores israelíes que descubrieron un complejo de habitaciones cavadas en el lecho rocoso de la sección más antigua de la ciudad hallaron las tallas: tres grandes V excavadas en el suelo de piedra caliza de uno de los cuartos, de 5 centímetros (2 pulgadas) de profundidad y 50 centímetros (20 pulgadas) de largo. No se halló ningún otro elemento que ofreciera alguna pista sobre su propósito.
Los arqueólogos a cargo de la excavación no han podido siquiera trazar una hipótesis sobre su naturaleza, dijo Eli Shukron, uno de los directores del proyecto.
"Las marcas son muy extrañas. Nunca vi nada igual", agregó.
Las tallas fueron halladas en la llamada Ciudad de David, en una excavación conducida por arqueólogos del gobierno israelí y financiada por un grupo nacionalista judío debajo del vecindario palestino de Silwan en Jerusalén oriental. Los cuartos fueron desenterrados como parte de la excavación de fortificaciones alrededor de la única fuente de agua natural en la ciudad antigua, el manantial de Gihon.
Los arqueólogos consideraron posible que, cuando las tallas fueron trazadas por lo menos hace 2.800 años, esas V pudieron haber servido de base para algún tipo de estructura de madera, o quizás algún otro propósito. Pudieron haber desempeñado una función ritual o acaso mundana.
Por lo general, cuando los arqueólogos se enfrentan a un artefacto curioso, por lo menos pueden aventurar teorías sobre su naturaleza. Pero en este caso nadie, ni siquiera expertos consultados por Shukron y el codirector de la excavación, tienen alguna idea clara.
Parece haber por lo menos otra marca antigua similar en las cercanías. Un mapa de una expedición de hace un siglo dirigida por el explorador británico Montague Parker, que buscó los tesoros perdidos del templo judío de Jerusalén entre 1909 y 1911, incluye la marca de una V trazada en un canal subterráneo cercano. Los arqueólogos modernos no han excavado todavía esa área.
Fragmentos de cerámica hallados en los cuartos indican que fueron usados por última vez alrededor del 800 aC, cuando Jerusalén era regida por los reyes de Judea, dijeron los excavadores. En esa época, los cuartos parecen haber estado llenos de escombros para apuntalar un muro defensivo.
Pero no está claro si fueron construidos en esa época o siglos antes por los residentes cananeos.
El propósito de todo el complejo es parte del enigma. Las líneas rectas de sus muros y pisos nivelados son prueba de una ingeniería cuidadosa, y estaba situado cerca del lugar más importante de la ciudad, el manantial, lo que sugiere que debe haber tenido una función importante.
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