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martes, 6 de diciembre de 2011

DESCUBREN ENTIERRO ESTILO OLMECA DE 3.500 AÑOS EN CIUDAD MEXICANA DE PUEBLA


MÉXICO ARQUEOLOGÍA DESCUBREN ENTIERRO ESTILO OLMECA DE 3.500 AÑOS EN CIUDAD MEXICANA DE PUEBLA

Imagen cedida hoy, lunes 5 de diciembre de 2011, de unas figuras antropomorfas en piedra verde, halladas por arqueólogos mexicanos en un entierro prehispánico de 3.500 años de antigüedad, al estilo de la cultura olmeca, descubierto en el centro histórico de Puebla (México). Para los especialistas, este hallazgo abre la posibilidad de investigar si en esta zona existió algún asentamiento vinculado con esta cultura, considerada la "cultura madre" de las civilizaciones de mesoamericanas.
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Lobos y cabras valencianas de unos 100.000 años


Expertos en arqueozoología han expuesto sus últimas investigaciones en unas jornadas del Museo de Prehistoria de Valencia, que demuestran que dos especies que viven en la actualidad en Asia: el "thar" (Hemitragus sp.), una variedad de cabra, y el "cuon", una variedad de lobo, vivían en tierras valencianas hace unos 100.000 años en un mundo poblado de neandertales.

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      Sus restos se han hallado en dos yacimientos emblemáticos del paleolítico medio valenciano como son la Cova Negra' de Xàtiva y la Cova del Bolomor, de Tavernes de Valldigna, según afirmaron expertos en arqueozoología en las primeras jornadas dedicadas a esta disciplina arqueológica organizadas por el Museo de Prehistoria de Valencia, según ha informado la Diputación este lunes en un comunicado.
      En este ámbito de investigación cabe destacar las aportaciones de Rafael Martínez, del área de Arqueología y Paleontología del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (Ivacor); Alfred Sanchis, conserador responsable del gabinete de fauna cuaternaria del Museo de Prehistoria de Valencia, y Manuel Pérez Ripoll y Juan Vicente Morales, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universitat de València.
      De hecho, los investigadores Alfred Sanchis, Manuel Pérez Ripoll y Juan Vicente Morales trabajan en diversos proyectos de investigación arqueozoológica desarrollados de manera conjunta por el gabinete de Fauna Cuaternaria del Museo de Prehistoria de Valencia y por el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UV. Tortugas, "cuones", alimoches y conejos son cuatro de las especies milenarias más investigadas en territrios valencianos.
      El Museo de Prehistoria de Valencia ha organizado las I Jornadas de Arqueozoología para atender "las últimas investigaciones y aportaciones de esta disciplina arqueológica que evidencia la estrecha relación existente, a lo largo de la historia de la Humanidad, entre animales y humanos", según Helena Bonet, directora del museo.
      Durante dos días alrededor de 30 de especialistas, la mayoría jóvenes investigadores e investigadoras que trabajan en este campo en el ámbito valenciano, expusieron y debatieron las últimas líneas de investigación desarrolladas en Arqueozoología en el Salón Alfons el Magnànim de La Beneficència.
      El investigador del Centre Nationale des Recherches Scientifiques de Francia (CNRS) Jean-Philip Brugal ha impartido la conferencia de clausura de las jornadas. Brugal ha generado un intenso debate a propósito de la relación entre grupos humanos y especies animales.
      La directora del Museo de Prehistoria ha manifestado que las jornadas de Arqueozoología han sido una ocasión especial "para dar a conocer, a quien todavía no lo haya visitado, el Gabinete de Fauna Cuaternaria del Museo de Prehistoria, creado en 2001, que cuenta actualmente con una de las mejores colecciones de referencia de material arqueozoológico y de fauna fósil del cuaternario valenciano de toda la península".
      En este sentido, Bonet ha señalado la figura de Inocencio Sarrión en la creación de esta colección y en la labor desarrollada durante gran parte de su vida en el estudio e inventario de estos fondos y de Alfred Sanchís, conservador de las colecciones de fauna del Museo, que ha coordinado las I Jornadas de Arqueozoología, "de hecho son iniciativa suya", ha subrayado Bonet.
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      Hallada en Torreparedones la cabeza de una escultura del emperador Augusto


      La pieza, que ha sido encontrada en el entorno del foro, destaca por su singularidad y su gran estado de conservación y pone de manifiesto la relevancia que debió de tener este enclave en época imperial
      SARA NÚÑEZ / BAENA | ACTUALIZADO 04.12.2011 - 05:00El yacimiento ibero de Torreparedones vuelve a dar muestras de su extraordinaria riqueza enterrada durante miles de años bajo tierras del Guadajoz. En esta ocasión se ha localizado un retrato del emperador Gaio Octavio Augusto en muy buen estado de conservación. 

      El arqueólogo municipal, José Antonio Morena, informó de que "se trata de la cabeza de una escultura de Augusto cuya importancia reside en que representa el símbolo del poder central en ámbito urbano y en la extraordinaria conservación de la misma, y demuestra una vez más la importancia y pujanza que debió de tener Torreparedones en época imperial". 

      Así, la cabeza de Augusto se encontraba dentro de la curia, "en niveles de saqueo", y por sus características "nos indicaría que era la que presidía las sesiones del senado local y permitiría perfectamente que hubiera setenta decuriones. Estaría ubicada concretamente en el eje central", detalló Morena. 

      El arqueólogo precisó que "las últimas excavaciones han venido a confirmar la ubicación de la curia junto al templo en el lado noroeste, un edificio también de gran importancia y con grandes posibilidades de puesta en valor ya que presenta un estado de conservación bastante importante". 

      En este sentido, Morena explicó que "apareció en la zona del entorno del foro, que es donde se viene trabajando desde hace unos meses, justo donde se situaban los edificios necesarios en cualquier ciudad romana, y ahora concretamente estamos trabajando en los ángulos noroeste y noreste de la citada plaza". 

      Por su parte, el profesor de la Universidad de Córdoba (UCO) Carlos Márquez destacó "el gran estado de conservación que presenta" la cabeza y subrayó como "punto fundamental" que "los rasgos poco expresivos e idealizados de la cara poca ayuda nos darían para identificar de quién se trata si no fuese por la peculiar y característica forma de los mechones del cabello, que no dejan lugar a dudas de que se trata de Augusto". 

      Si bien Márquez insistió en que "la pieza no está realizada en periodo agusteo, sino que por llevar la corona cívica es una representación ideal del emperador cuando ya había fallecido y se le había elevado a los altares". 

      El tipo representado en este retrato es el denominado "primaporta" y se caracteriza fundamentalmente por tener el gesto relajado y la mirada firme. Igualmente, Márquez destacó "la singularidad de la pieza, post-morten e idealizada, así como la excepcionalidad de la misma en ámbito hispano, ya que sólo existen 12 representaciones hasta la fecha catalogadas en la península ibérica, pero con estas características y con la corona cívica no es tan común". 

      Por otro lado, otro de los profesores de la UCO que colaboran en este proyecto, Ángel Ventura, insistió en que "los edificios que faltan por excavar son los que mayor estado de conservación presentan y una prueba de ello es que en los próximos años Torreparedones estará en todos los manuales de arqueología de Europa: por el foro, por ser el mejor foro pedagógico, y porque ya el conjunto escultórico es comparable al de cuatro o cinco yacimientos de gran importancia en Europa". 

      Ventura reseñó que "casi todas las esculturas se fechan en el momento de la gran reforma del foro, cuando se marmoliza en época de Tiberio, ya que también de la misma fecha son el pavimento de mármol de la plaza y la inscripción que la preside y las otras piezas encontradas". "Lo poco que queda por excavar, es la zona más fértil", sentenció. 

      Por último, la alcaldesa de Baena, María Jesús Serrano, mostró su satisfacción por el hallazgo de esta pieza de "valor incalculable y talla impecable" que "nos da una idea de cómo podía haber sido la estatua completa". "Esperamos que en un futuro inmediato encontremos el cuerpo de esta escultura", añadió. 

      Para la edil baenense, "este nuevo descubrimiento viene a corroborar la importancia que tiene este yacimiento y de ahí el esfuerzo del Ayuntamiento por poner en valor todo el patrimonio arqueológico y cultural de Baena".
      Tomado de:http://www.eldiadecordoba.es/article/ocio/1130395/hallada/torreparedones/la/cabeza/una/escultura/emperador/augusto.html

      Un fuerte español bajo el suelo de Taiwán


      Arqueología. Investigadores del CSIC excavan en la isla china para desenterrar los restos de una fortaleza colonial del siglo XVII

      JAVIER YANES MADRID 03/12/2011



      Apocos centímetros de las ruedas de los coches, un pedazo de la historia está saliendo a la luz. El escenario no es precisamente una jungla remota o un desierto hostil: entre edificios apiñados, a la entrada de un aparcamiento y frente a los astilleros de CSBC (antes China Shipbuilding Corporation), en el puerto de Keelung (Taiwán). Allí, restos de un antiguo enclave español yacen como testigos mudos del fallido intento del rey Felipe IV por controlar una plaza estratégica en el comercio de las Indias Orientales.
      Pero una gran parte de los restos aún tendrá que esperar. El equipo hispanotaiwanés empeñado en este proyecto de enorme valor histórico se enfrenta a la incomprensión del astillero estatal, que hasta ahora ha denegado el permiso para excavar en la zona donde los arqueólogos creen que se ubicó el fuerte de San Salvador, de unos cien metros de lado. "La mayor fortaleza española en el Lejano Oriente", pondera José Eugenio Borao Mateo, un zaragozano doctorado en historia en Barcelona y que desde 1990 ejerce como profesor en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Taiwán.
      El enclave pretendía proteger la ruta comercial entre China y Manila
      Borao Mateo está removiendo Madrid con Taipéi para impulsar su proyecto, Del Renacimiento al Neolítico: la fortaleza española de Keelung y su entorno previo austronesio y prehistórico. La iniciativa está cofinanciada por ambos países y en ella trabajan investigadores del Consejo Nacional de Ciencias taiwanés y del Instituto de Historia y el Centro de Ciencias Humanas y Sociales, ambos del CSIC.
      Los científicos quieren rescatar un enclave bien documentado históricamente, pero aún oculto para la arqueología. Durante los 16 años que duró la presencia española en Taiwán, de 1626 a 1642, el pequeño puerto de La Santísima Trinidad intentó proteger la ruta marítima entre la región continental costera de Fujian y la capital de la Capitanía General de las Filipinas, Manila. El gran rival era Holanda, que dominaba la costa occidental de Taiwán y que acabaría expulsando a los españoles de aquel territorio.

      Dónde marcar la X

      Con el investigador del CSIC Juan Manuel Vicent a la cabeza de la pata española del proyecto, la arqueóloga María Cruz Berrocal ha estado al frente del trabajo de campo en Taiwán. El primer paso era localizar los emplazamientos más prometedores para excavar, y no parecía tarea fácil. "Es una zona muy abigarrada de construcciones", explica Berrocal. Para marcar la X, la documentación reunida por Borao Mateo fue esencial. "Conseguí dar con las fotografías y el diario de excavaciones de los trabajos que hizo el Gobierno colonial japonés en 1936 en uno de los bastiones del fuerte, aunque al año siguiente, tal vez por la inminente guerra con China, lo destruyeron para construir los astilleros", relata el profesor. "Años atrás colaboré con un arqueólogo e hicimos un análisis de radar de penetración terrestre (GPR) que sirvió para identificar los posibles cimientos de uno de los lados de la fortaleza, a metro y medio bajo tierra".
      "San Salvador era la mayor fortaleza española en el Lejano Oriente"
      Pero tras la negativa de los astilleros a autorizar la excavación, los arqueólogos tuvieron que conformarse con el aparcamiento. "Superponiendo mapas holandeses, japoneses y modernos digitalizados, concluimos que allí se encuentra una iglesia de piedra construida por los dominicos que vinieron a la isla", expone Borao Mateo, que resume el progreso de estos trabajos: "Abrimos cuatro catas en la zona norte sin resultado aparente, por lo que nos hemos trasladado a la zona sur, donde está apareciendo un tapial impresionante; aún no podemos decir si pertenece a alguna estructura española o indígena".
      Y es que, como lonchas de embutidos en un sándwich, las excavaciones han cortado un variado menú cronológico que abarca desde el Neolítico hasta la época japonesa, pasando por la Edad del Hierro y la dominación china. "Estamos contentos porque están apareciendo finas piezas neolíticas, otras indígenas, y de la dinastía Qing y japonesas; y materiales del siglo XVII contemporáneos a la presencia hispana, pero que aún tenemos que estudiar", apunta Borao Mateo. Aunque es un primer bocado para los arqueólogos, todo se analiza exclusivamente en los laboratorios taiwaneses. "No nos dejan sacar nada del país se lamenta Berrocal. Lo único que podemos traer a España son muestras de suelo para analizarlas y estudiar cómo se formó ese suelo para la datación".
      El astillero estatal hasta ahora ha denegado el permiso para excavar

      Ciencia contra burocracia

      El equipo confía en que la naval transija para acometer las excavaciones de mayor calado, las de la fortaleza principal. Un segundo enclave de interés es otro hueso duro de roer por requerir también un permiso especial. "Hay dos zonas elevadas que los españoles llamaban La Mira y La Retirada, con fuertes auxiliares. Entre ambas, españoles y holandeses libraron una batalla de una semana. Es posible que allí aparezcan elementos hispánicos, pero se encuentran en instalaciones militares. Aunque, curiosamente, van a dar más facilidades para entrar a excavar que los astilleros", comenta Borao Mateo. "El problema en el astillero es que dicen que tienen que fabricar barcos y que nosotros estorbamos", señala Berrocal. Parte del problema parece ser el extraño limbo político en el que sigue la isla de Taiwán, una nación independiente de facto pero no reconocida por ninguna potencia, y que la República Popular del continente aún espera anexionar oficialmente. "Por eso tienen un exceso de celo con sus instalaciones estratégicas, aunque el astillero está en declive. Y la burocracia allí es terrible", apunta la experta del CSIC.
      A la espera de la próxima campaña de excavación, en primavera, los científicos confían en que el proyecto suscite tanto interés en España como lo ha hecho en Taiwán. "Allí están entusiasmados", celebra Berrocal. "Esperemos que en España ocurra lo mismo", añade. De hecho, cuenta Borao Mateo, fueron los taiwaneses quienes en 2010 viajaron a España en busca de expertos del CSIC que se sumasen al proyecto. El sueño de este profesor, después de 20 años estudiando la huella española en Taiwán, es ver construido allí un parque arqueológico. Además de servir a académicos e investigadores, atraería el turismo español hacia aquel rincón de Asia.
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