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viernes, 9 de septiembre de 2011

El primer ancestro del hombre


Pelvis de mujer. El análisis de la pelvis, que pertenecía a una hembra de «Australopithecus sediba», demuestra que ya presentaba características similares a las humanas. Refleja una postura vertical.

  Science

Mano moderna. Tenía un pulgar largo, más aún que el de los humanos modernos, y dedos no muy largos capaces de agarrar con fuerza y fabricar herramientas.


R. Romar
Peter Schmid / Lee Berger, UniversiDAD DE Witwatersrand




Una especie de dos millones de años podría ser el origen de los «Homos»



Tenía el cerebro del tamaño de un chimpancé, de 400 centímetros cúbicos, pero mucho más evolucionado; se balanceaba entre los árboles, pero tenía los dedos cortos y fuertes y el pulgar largo con los que podía fabricar herramientas, y pies híbridos y una pelvis evolutivamente avanzada que le permitía caminar erguido. Era un Australophitecus sediba, que vivió hace dos millones de años y que pudo haber sido el primer ancestro del género Homo, entre los que se encuentran los sapiens de los que derivan los humanos actuales. Al menos esta es la hipótesis que plantean ochenta científicos en cinco estudios que recoge la revista Science a partir del análisis del cráneo, la mano, la pelvis y los huesos de un pie y un tobillo de dos ejemplares de la especie, una madre y su hijo de unos 11 años, encontrados en Sudáfrica en el 2008.
El Australophitecus sediba ya había sido presentado en sociedad el pasado año en la misma revista Science, pero el trabajo que ahora se ofrece apunta nuevas pistas sobre la evolución de una especie que ofrecía tantas características primitivas como humanas. «Los fósiles muestran un cerebro sorprendentemente avanzado, pero pequeño, una mano muy evolucionada, una pelvis moderna y una forma del pie y el tobillo nunca antes vista en otras especies de homínidos que combinen características de monos y humanos en un mismo paquete anatómico. Las avanzadas características encontradas en el cerebro y el cuerpo lo convierten en el mejor candidato como ancestro del género Homo», explica el autor principal de la investigación, Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica. Del espécimen sorprende el hecho de que su cerebro, aunque pequeño y propio de un chimpancé por su tamaño, presenta indicios de reorganización neuronal justo detrás de los ojos, lo que indica que su evolución fue más rápida de lo previamente pensado sin necesidad de aumentar su tamaño.
Escepticismo
Ante el hallazgo tampoco han faltado quienes han señalado que obligará a revisar el árbol de la evolución humana. Pero aún es pronto para dilucidarlo y lo que es seguro es que el debate entre la comunidad científica no ha hecho más que empezar. En este sentido, Salvador Mollá, director del Instituto Catalán de Paleontología y referencia mundial en su campo, duda de que sea ancestro del género Homo. «El supuesto eslabón perdido entre losaustralophitecus y el género Homo debería tener como mínimo 2,5 millones de años -dice-, y se han encontrado ejemplares en Etiopía de 2,5 millones con morfología similar a la humana que ya utilizaban herramientas. ElAustralopithecus sediba es muy moderno para ser el ancestro».
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